La Organización mundial de la
Salud (OMS), define el estrés como «el
conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción».
El estrés es necesario y útil,
permite movilizar las fuerzas, la concentración en una acción necesaria y útil,
el problema radica cuando el estrés se sostiene aun en condiciones donde el
individuo no tiene por qué estar alerta ni tenso, cuando la tensión no pasa y
empieza a acompañar a la persona más allá del tiempo necesario, comienza a
generar cambios en la actitud cotidiana y es vivenciado como un malestar y
visto como una inquietud en los observadores externos.
El estrés es hoy uno de los grandes problemas de salud mental
que enfrenta la sociedad, es bastante aceptado que el estrés sostenido provoca
daños en la salud y que es causa de muchas enfermedades.
- Preocupación por las tareas escolares o por las notas, sobre todo cuando los adultos les sitúan metas por encima de sus reales posibilidades.
- Exceso de las responsabilidades que se les sale de control como la escuela, tareas del hogar, actividades extraescolares como deporte, teatro, música donde deben hacer presentaciones etc
- Problemas en las relaciones interpersonales, ya sea con los compañeros de clase, con otros niños de la Escuela o en el hogar; el acoso escolar es una situación muy estresante para el niño.
- Cambios en la vida cotidiana como cambiar de escuela, de casa, tener problemas de vivienda o en la comunidad donde radica.
- Pensamientos negativos sobre ellos, provocado por exigencias desmedidas o críticas infundadas
- Crisis de familia relacionadas con la relación de pareja de los padres, los conflictos en el hogar, los problemas económicos, etc
- Ambientes escolares tensos e inseguros donde los niños son juzgados con injusticia y severidad por los docentes, los directivos y hasta los propios compañeros.
Algunas
manifestaciones de la conducta infantil o del adolescente pueden alertar al
docente de un posible estrés en sus alumnos; algunas de ellas son:
- Problemas para controlar su conducta, ejemplo permanecer sentados,
en silencio.
- Estar distraído, desconcentrado lo que es visible por la dirección
de la mirada, la concentración en el trabajo, no escuchar las
orientaciones y una manifiesta desorientación.
- Conductas irritables, permanecer de mal humor sin causas aparentes.
- Intranquilidad constante, el niño se mueve en su asiento, hace
gestos, habla solo.
- Aislamiento del grupo o dependencia de algún compañero.
- No querer venir a la escuela o retirarse a su casa.
- Llantos inmotivados y uso de palabras relacionadas con la muerte o
la infelicidad.
- Los textos de sus redacciones o los mensajes de sus dibujos.
- Cambio en los hábitos alimentararios como comer mucho o dejar de
comer.
- Búsqueda permanente de apoyo o de cercanías a la figura del maestro
o de otro compañerito más grande.
- Referencia directa a problemas de sueño, de pesadillas, temores o
contar abiertamente los problemas de familia relacionados con las
relaciones o las deudas, enfermedades etc
- Actitud
franca y abierta. Permitir que los niños se acerquen a dialogar, a intercambiar
con ella y entre ellos.
- Practicar
la escucha activa y la tolerancia.
- Ser empático/a.
- No juzgar
a la persona, si es muy necesario criticar el hecho: no decir “tú eres
irresponsable”, sino “eso es una irresponsabilidad”.
- Considerar
el espacio de la clase como un lugar de trabajo y de producción de
conocimientos donde todos son importantes y todos pueden aportar.
- Cuidar los
espacios personales y grupales en cuanto a la higiene, el orden y la
estética.
- Favorecer
el yo quiero y el yo puedo.
- Manejar la
evaluación como un instrumento para generar aprendizajes,
- Combinar
el trabajo grupal con el individual.
- Priorizar
el elogio y el estímulo positivo.
- Observar
el principio de la individualización, cada niño es diferente, cada uno puede
tener tareas distintas orientadas al mismo fin.
- Mantener el buen humor y el respeto.
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