En la realización del proyecto de grado, uno de mis estudiantes realizó una ingenua entrevista al rector de la Institución en la que actualmente trabajo, una de las preguntas se refería a las adaptaciones curriculares que se habían realizado para aligerar la carga del currículo en estos tiempos de pandemia, aislamiento y educación por internet por las consecuencias del covid-19.
El rector de quien les hablo, realizó un análisis sobre los ajustes que debió hacer para, de
una manera práctica, cumplir el rol que le ha dado la sociedad que es
conseguir que cada niño, adolescente y joven egrese del grado o nivel con los
conocimientos y las habilidades requeridas para continuar estudios el próximo
año con ciertas posibilidades de éxito.
Entonces, leyendo sus valoraciones y su
propuesta me pregunté algo nada novedoso y de lo que ya he tratado en otros
artículos, qué debemos enseñar en las escuelas en tiempo de coronavirus o en
otros tiempos, buscando en la red de redes, en el supuesto lugar donde deben
estar todas las respuestas, encontré unas ideas que tampoco son nuevas pero que
pueden ser otro aspecto a tener en cuenta en estos análisis que tienen que
hacer las Instituciones Educativas.
Me refiero a la propuesta de Pablo
Heinig sobre competencias básicas para el futuro. Resulta que este
Conferencista Internacional y Asesor de alta dirección nos hace reflexionar muy
seriamente sobre algo que esta ante nuestras narices pero que no vemos, no
queremos ver y en el peor escenario lo vemos pero no sabemos qué debemos hacer,
dicho a su modo:
"Hoy
lo que sucede es que cada uno de nosotros se enfrenta a situaciones para los
cuales no hay conocimientos desarrollados y entonces vamos a tener que
desarrollar competencias básicas que tienen que ver con: primero,
tolerar no saber lo que va a pasar; segundo, desarrollar la capacidad que para
cuando te enfrentes a una situación, no la vas a poder definir y mientras te
estás enfrentando a la situación vas a tener que inventar recursos para
enfrentarla. Porque los recursos, los conocimientos y las habilidades que
mandan las situaciones del futuro, no están inventadas todavía.
Y en ese sentido, mientras el entorno evoluciona exponencialmente, la lógica sigue siendo lineal. Es por eso que la diferencia entre los desafíos que nos enfrenta el mundo y los recursos que tenemos para resolverlos, crece día a día. Eso genera que cuando la gente dice que está cada vez más estresada, el motivo es que yo siento que con los recursos y competencias que tengo no puedo enfrentar el mundo que me toca enfrentar."
Cuando Pablo Heinig dijo
"hoy lo que sucede", era hace dos o tres años, el HOY de este momento
demuestra lo que dijo, enfrentamos situaciones para las cuales no hay
conocimientos desarrollados, el virus Covid-19 ha dejado sin palabras a las
grandes corporaciones farmacéuticas, a los mejores laboratorios del mundo,
miles de personas mueren cada día porque las Ciencias Médicas no puede proteger
al hombre de un virus que mata el agua y el jabón.
Pero en el entorno educativo la problemática
es más complicada porque los científicos, los políticos, los empresarios, los
maestros de los próximos 50-60 años están hoy sentados en las aulas y cómo
seleccionamos los contenidos del currículo que deben recibir, las habilidades y
competencias que deben desarrollar.
Por un lado aceptar esta realidad, por
otro reconocer que la brecha entre las competencias que hoy desarrollamos y los
desafíos no está precisada y mucho menos resuelta, nos pone en la disyuntiva de
intentar superar el modelo lineal en el que proyectamos el futuro.
Según la teoría curricular, el currículo,
con independencia del tipo, posee cuatro contenidos fundamentales: los conocimientos, las
habilidades (últimamente "o competencias"), las actitudes y los valores.
De momento y ante la disyuntiva inminente de iniciar un año escolar atípico,
en circunstancias excepcionales sería productivo pensar en las competencias o en las mega competencias a
las que todas las asignaturas deben tributar, las llamadas competencias generales, aquellas que son útiles para varias
actividades; en ese sentido estoy pensando en:
·
Competencias intelectuales
generales: aquellas que necesitan todas las áreas como por ejemplo analizar,
generalizar, interpretar, resumir, elaborar conclusiones, valorar, solucionar problemas, entre otras.
·
Gestión del
conocimiento y Manejo de la tecnología: dominar programas, manejar las
aplicaciones según las necesidades, utilizar internet para gestionar los
conocimientos necesarios según el tipo de tareas a resolver es una competencia
necesaria sin lugar a dudas para todas las áreas.
·
Gestión de las
emociones: el tener estrés, deprimirse, atenderse con el terapeuta, prevenir el
suicidio, el consumo de sustancias son temas que cada día cobran mayor
relevancia en el entorno social y por tanto en la familia y la escuela; por lo
cual enseñar al niño desde pequeño a gestionar sus metas, sus estrategias para
lograrlas, manejar sus emociones, compensar las frustraciones, reorientarse
según las condiciones y sostener sus proyectos e ideas con disposición y estados de ánimo positivo
va a prepararlo para enfrentar las adversidades de la vida no lineal que le
corresponde vivir. En este campo se incluye la meditación, el uso del tiempo
libre, el placer por la comunicación de los sentimientos, entonces escribir un
poema, hacer una canción, plasmar lo emocional en el arte es una tarea que materializa
esta mega-competencia de cierta forma.
·
Educación del cuerpo
y el movimiento: algunos como el autor citado
anteriormente le llaman gestión de la corporalidad viéndolo un poco más
complicado, pero mi visión es más simple; los griegos o los romanos consideraban
necesario orar por el equilibrio entre la mente y el cuerpo como un indicador
de salud; en este sentido hoy se conoce que la
interacción entre ambos es parte de la educación; enseñar al niño, al
adolescente a trabajar su cuerpo a conocer sus posibilidades físicas y a
utilizar la actividad física como parte del cultivo de su espiritualidad es un
contenido que debe estar incluido entre los aspectos que no debe faltar en el currículo
escolar. Por esta línea de pensamiento debe andar la práctica del ejercicio
físico, el desarrollo de las capacidades físicas, de las competencias deportivas.
Para concluir esta línea de pensamiento lo ultima idea es que cada materia, asignatura o área de conocimiento haga una minuciosa valoración de qué conocimientos de sus currículos son imprescindibles para tributar a las propuestas anteriores, de esa relación debe intentar responder la pregunta ¿cómo hacer que mis alumnos según la edad, la maduración biológica y el desarrollo real que poseen pueden aprenderlo? y aquí se obtiene el componente conocimientos imprescindibles del currículo.
Una vez determinadas las mega-competencias y los contenidos imprescindibles,
es decir aquello que es necesario y solo mi materia enseña, entonces puede complementarse con los valores que la sociedad demanda para hoy y para mañana como la
responsabilidad, la honestidad, el honor, el respeto al otro, a la vida, la paz,
entre otros y las actitudes que les
corresponde a cada uno de esos valores.
En esta área quedan muchas ideas, pero de momento las recomendaciones para las Instituciones Educativas son:
1. Revisar las mega-competencias y concretar las acciones que consideren importantes para ellos y que puedan contribuir al desarrollo de las habilidades intelectuales generales, al desarrollo de competencias para la gestión del conocimiento y el manejo de la tecnología.
2. Definir acciones para desarrollar habilidades para la gestión de las emociones en todas las edades y a través de todas las asignaturas.
3. Determinar los conocimientos mínimos imprescindibles de cada asignatura que tendrá permanencia en el currículo adaptado a tiempo de pandemia.
4. Establecer estrategias para contribuir a la educación del cuerpo y el movimiento.
Referencia:
Tres competencias básicas para el futuro | Pablo Heinig | TEDxCordoba
https://www.youtube.com/watch?v=cQVg1LfmGhE&feature=youtu.be